La puerta de una sala de hospital se abre. Con la seguridad que transmite la experiencia, Borja entra al “pase de guardia”, o lo que es lo mismo, a la reunión diaria que tiene a las ocho de la mañana junto al resto de residentes, adjuntos y jefe de servicio para analizar todos los ingresos realizados durante el día anterior y tomar las decisiones colegiadas sobre qué tratamiento es el más idóneo para cada uno de los pacientes. Su voz no pasa desapercibida en estos encuentros. No solo porque se encuentra en su último año de especialización, sino también por el cariño que le tiene el equipo del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, ya que Borja es su primer residente en Cirugía Ortopédica y Traumatología.