Ana Fajardo es valenciana y dio el salto a la UCLM cuando obtuvo una beca predoctoral que la condujo al laboratorio dirigido por el profesor Rafael Luján. Allí ha realizado su tesis, que ha consistido en la caracterización de dos proteínas en el hipocampo. “Tomar imágenes con microscopía electrónica, cuantificar y reconstruir en tres dimensiones esas imágenes”, precisa.
Era vocacional, le gustaban las neurociencias y tuvo la oportunidad de dedicarse al aspecto de la Biología que más le gustaba. Ahora es doctora en Medicina, la reina de las más demandadas y también la titulación con mayor empleabilidad, por la UCLM. Vio la posibilidad, venció sus prejuicios sobre la movilidad y el cambio y se trasladó a una ciudad “confortable y familiar” que ya siente suya.
“Los estudiantes necesitan pensar que la investigación es una posibilidad, estés en la rama que estés”, afirma con resolución. A Ana le gusta el trabajo científico, que no es solo de bata y laboratorio. “También hay mucho de ordenador, de cuantificar imágenes, escribir papers y hacer pública tu investigación mediante la participación en congresos”, explica. Viajar y compartir son ventajas adicionales y, por supuesto, defender la tesis, “un trabajo arduo que luego tiene su recompensa”.
Ana reivindica la importancia de la investigación y reclama el apoyo generalizado a la ciencia. “La UCLM tiene que apostar por la investigación porque tiene profesores que podrían estar trabajando en cualquier centro del mundo y han elegido estar aquí”, recalca. Por eso, aunque ahora se plantea realizar una estancia en el extranjero para formarse, mejorar su inglés y aprender en otros laboratorios, su meta es volver a España o a la UCLM. “Estaría encantada”, dice.
Su mejor experiencia vital hasta el momento, confiesa, es haber hecho el doctorado. Con una gran sonrisa muestra su agradecimiento a la UCLM por haber hecho posible su tesis. “Era mi sueño, lo he cumplido y he tenido mucha suerte”.